La música nos acompaña desde hace muchísimos años a toda la humanidad. Esa melodía al que llamamos música, se ha utilizado para comunicarse, para diferenciar los países, las razas, los himnos, en pro del apoyo al amor o a la guerra, es un sonido especial que conmociona los sentimientos y los disipa para abstraernos de nuestros pensamientos.
Es por esto que una rama de la medicina china se ha especializado en la música como pilar para ayudar en la cura de ciertas dolencias. La musicoterapia, que es como se denomina esta técnica, se basa en la utilización de cinco notas musicales, cinco sonidos, Gong, Shang, Jiao, Zhi y Yu (宫、商、角、徵、羽).
Esta medicina alternativa se ha trasladado a todos los ámbitos, y como en Enjoy Mandarin nos encanta, os contaremos lo beneficiosa que es para los más pequeños. La música es una disciplina que es siempre bien recibida por ellos, es un ejercicio positivo, pero hay que tener en cuenta que debe ser adaptada a su edad y a su capacidad de escucha.
En el caso de la musicoterapia, se ha descubierto que puede ayudar a mejorar el aprendizaje, la coordinación, el estado de ánimo, controlar la ansiedad y el sobrepeso. Pero más allá del aspecto físico, beneficia a internamente la salud de los niños.
Aunque no lo creamos, nuestros niños cuando aprenden una nueva canción en el colegio, están interviniendo en esta terapia que enseña habilidades académicas (números, letras), sociales (jugar a la comba…) y motoras, que ejercen más peso en los más enanos.
Los efectos son muchos, pero los más destacados son los que detallamos a continuación:
- Fisiológicos: producen cambios de ritmo cardíaco y respiratorio. La relajación no es tan efectiva sin música adecuada, por ejemplo.
- Comunicación: ayuda y estimula la expresión de los problemas y las inquietudes.
- Sensibilidad: favorece el desarrollo emocional y afectivo, agudizando la percepción auditiva y táctil.
- Educativa, movimiento, sociabilidad…
- Psicoterapeutas y médicas: ayudan a resolver problemas psicológicos y a cambiar conductas, por otro lado puede reducir el dolor (cirugías, enfermedades terminales…). Y por supuesto, mejora la autoestima y la capacidad de comunicación.
Por tanto, pensemos que podemos compartir un espacio nuevo con nuestro hijo y que será muy beneficioso para su crecimiento.